RELIGIÓN
06.09.2024

MI EXPERIENCIA Y VIVENCIA
Mi paso por el colegio y la celebración de la Fiesta de Jesús Divino Maestro no solo han marcado mi vida académica, sino que han sido un ancla espiritual que me recuerda quién soy y a qué pertenezco. Recuerdo cada palabra del himno, que tantas veces canto con emoción y en conjunto con mis compañeras. Esas letras resuenan como una promesa, un compromiso de ser parte de esta familia que me ha dado tanto.
Dios ha puesto en mi camino a la Familia Divino Maestro, en la que he aprendido valores que me guían cada día: el amor, la humildad, el servicio, la caridad amistosa y la libertad responsable. Cada celebración, cada momento compartido, me recuerda el significado de ser parte de algo mayor, de una familia espiritual que me acompañará siempre.
Aprendí que el amor y el cuidado, tanto hacia los demás como hacia nuestra "casa común", son esenciales. Jesús Divino Maestro me invita a caminar por la vida con ojos atentos al sufrimiento y las necesidades del otro, y a actuar siempre desde la empatía y la solidaridad. La espiritualidad que he encontrado en esta familia no es algo estático; es un impulso constante que me inspira a actuar con amor y generosidad, como una extensión de todo lo que recibí en estos años.
